De nuevo nos preparamos para vivir las navidades. Otra vez nos vemos inmersos en unas fiestas en las que nos juntamos con familiares y amigos para celebrar que otro año está a punto de acabar, y seguimos juntos. Pero ante toda esta parafernalia, también tenemos nuestros momentos para el recuerdo, muy especialmente para los que se nos quedaron por el camino y a los cuales siempre tendremos en la memoria pasen los años que pasen. Ya sean parientes, amistades, compañeros,… para todos ellos siempre tendremos ese recuerdo de lo que fue su paso en este mundo junto a nosotros, y del que nos sentimos orgullosos de haber formado parte de ellos.
Quizás en algún momento de este imparable tren que es la vida, hayamos tenido sentimientos de que le hemos fallado a alguien que fue importante para ti. Si de verdad lo fue, y esa persona lo sabía, no creo que debas preocuparte, donde quiera que esté, entenderá que cualquier persona puede errar en un momento dado, y que ello no significa por fuerza que lo hicieras deliberadamente.
Lo mismo puede ocurrir con los que tenemos cerca. Unas veces nos fallan y otras fallamos nosotros, pero a diferencia con lo anterior, podemos rectificar, hablar con ellos, escuchar y tenemos la capacidad de entender y comprender que un fallo no significa irremediablemente que no nos importen, simplemente pudiste cometer un error, somos humanos, con nuestras virtudes y también con nuestros defectos, y si de verdad hay amor habrá perdón, de lo contrario probablemente no mereció la pena.
Yo, por desgracia, he sufrido de ambos casos durante este año que a punto esta de terminar, pero tengo esperanza. El año que llega seguro que será fructífero y que los problemas que han quedado por el camino del 2015 se solucionarán en el del 2016. Que los proyectos que tengo en mente llegarán a buen puerto. La familia, a la que adoro de corazón, estoy convencido de que seguirán siendo los mejores (al menos para mí). Los amigos que tengo seguirán a mi lado, y los que se alejaron, volverán a estar cerca. Y no es que lo desee, es que lo quiero, y por ello me esforzaré en conseguirlo.
Por eso para el 2016 no deseo nada, pero si pido una cosa, ESFUERZO.
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa. (Mohandas Karamchand Gandhi.)
Espero que tu esfuerzo del próximo año también sea tu victoria.
Como no podía ser de otro modo, ahora es momento de unas fotos. Para esta ocasión me he decidido por el resto del carrete que comenzaba hace un par de semanas cuando os comentaba que una persona va a conseguir su fotografía 37 años después, ¿Te acuerdas?
En esa ocasión ya os conté que el carrete corresponde casi con toda seguridad al año 1978, pero esto no lo he podido confirmar con exactitud. Si tú, a tenor de las que vas a ver hoy, piensas que conoces el año, coméntalo más abajo, de este modo podremos hacer más completa esta publicación.
Fotos en el Patio de Caballos.
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La foto de arriba podría haber
sido de gran ayuda a la hora de identificar el año, pero por más que he
buscado por todos sitios, no he logrado averiguar en qué fecha torearon
juntos Dámaso González y El Cordobés en la Plaza de Toros de Albacete. Solo
puedo decir a tenor de esta, que probablemente el año pueda ser 1979 en
contra de lo que pensaba (1978), puesto que ese es el año en que reaparece
Manuel Benítez después de su retirada en 1971. El Cordobés se retiraría
definitivamente de los ruedos en 1981. ¿Sabes que ocurrió aquel año?
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Fotos de los tendidos de varias Plazas de Toros.
En la foto de arriba a la izquierda, con camisa marrón y puro en la mano
está el que fuera mi profesor de Auto-Escuela, Fernando Lario.
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Manuel Palencia desde Facebook nos informa
que en la foto de la derecha reconoce a grandes amigos, Paco Cruz “Caracol”,
a su lado el malogrado Paulino, Paco Blázquez y a Manuel Cascales.
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